Las puertas se abrieron repentinamente. Nacho, el recepcionista, recibió el bofetón del bochorno marbellí y la bien aclimatada recepción, el alboroto propio de la “temporada de hunos”, como llamaba al periodo estival. Esperaban a esa familia desde primera hora. Maldijo entre dientes que llegaran quince minutos antes de acabar su turno.
—Papá, ¿dónde está la piscina?
—Espera, hijo… ¡Buenos días, joven!
“Mal empezamos”, pensó Nacho con sus casi cuarenta, realizando ímprobos esfuerzos por mostrarse amable en su horario, como obligaba la empresa.
—Buenas tardes —remarcó—, ¿señores Álvarez?
—Álvarez-Núñez, si no le importa —replicó una emperifollada señora. La típica esposa de familia de falsos posibles haciendo el veraneo. Nacho prefería mil veces los huéspedes que llegaban en otoño con su amante. Daban menos guerra.
—Sí, familia Álvarez-Núñez —respondió a una complacida diva.
—Papá…, la piscina.
—Firme aquí, por favor. —Le indicaba el sitio con el dedo como a un niño de guardería. Eran demasiados los que no lo hacían debajo de la palabra “Firma”.
—¿Nuestra habitación no estará en el último piso? —soltó de repente la esposa.
—No señora…
—Ni en el primero, que se escucha todo el ruido de la piscina —escupió el hombre mayor que les acompañaba.
—¡La piscina, papá! —gritó el niño de nuevo.
—Sí, sí…
Estaba claro el papel de cada uno: el hijo, molestar; la mujer, aparentar; el viejo, criticar; el marido… tal vez desaparecer del mundo tras lanzar una bomba atómica. Nacho empezó a sentir lástima por él.
—Su habitación está en el segundo piso, señor. Allí tienen los ascens…
—Nada de ascensores —volvió a interrumpir el anciano.
—Buscaremos las escaleras, padre.
—Están al lado del ascensor, señor —dijo, acudiendo en su ayuda. Sí, ese hombre merecía lástima.
—Gracias, joven.
“O no”, pensó un cada vez más molesto Nacho.
—Papá…
—Sí, sí… ¿Dónde está la piscina?
—Todo recto, señor.
—Gracias de nuevo. —Forzó una sonrisa al alejarse con todo el paquete veraniego y recibiendo el mudo agradecimiento del recepcionista por no terminar con un “joven”.
—Su llave, señor. Feliz estancia.
Nacho aparentó su amabilidad. Aún faltaba un minuto para las tres de la tarde.
AlmaLeonor_LP
La convocatoria juevera de esta semana corre a cargo de HELICON, y la propuesta que realicé el pasado domingo a los jueveros era muy simple y la titulé CINCO PERSONAJES.
Publicado en HELICON el 05/09/2024
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