sábado, 31 de agosto de 2024

DÍA INTERNACIONAL DEL BLOG

 

Me acabo de enterar gracias al escritor y amigo Jorge Alonso Curiel, de que hoy, 31 de agosto es el DÍA INTERNACIONAL DEL BLOG, una conmemoración que se instituyó en el año 2005 cuando el blogger israelí Nir Ofir, comentó que la fecha del 31 del 08, debía dedicarse a este elemento de difusión por el parecido entre los números 3108 y las letras de la palabra «blog».

La palabra BLOG es un anglicismo que en español podría traducirse por BITÁCORA. Es el resultado de abreviar «web blog» (web + log, palabra esta que significa «diario» en inglés). Un BLOG es un sitio alojado en la web en el que su autor (o autores), bien diariamente o con la frecuencia que estime, comparte contenidos relacionados con sus intereses o con un tema particular que clasifica los blogs (de lectura, de naturaleza, de viajes, de arquitectura, de historia, de costura, de compras, de desarrollo personal, etc., o de estudio, yo tuve que abrir uno para una de mis clases de HISTORIA) y que permite (no en todos los casos) enlaces a otras páginas, comentarios de los lectores, señalización de «me gusta» y formas de compartir la información que se dosifica en entradas o post.

Los antecesores del BLOG son las comunidades digitales como USENET, (Users Network, o red de usuarios) o BBS (Bulletin Board System, en español Sistema de Tablón de anuncios, muy popular en las décadas de 1980 y 1990 en Estados Unidos). Pero son directos herederos de los llamados Diarios en Línea (o WEBRING, literalmente Anillo Web), donde la gente escribía sobre su vida personal, como si fuese un diario íntimo pero dándole difusión en la red. Se suele señalar a Justin Hall, quien escribió desde 1994 su blog personal mientras era estudiante de la Universidad de Swarthmore (Pensilvania), como el primer bloguero, aunque el término «weblog» se debe a Jorn Barger, quien lo denominó así en 1997, y la abreviatura «blog», fue acuñada por Peter Merholz en 1999. De ahí derivaron rápidamente los demás fonemas conocidos relacionados con el BLOG, como bloguear, blogging, bloguero o bloguer.

La primera plataforma que permitió los blogs fue Open Diary lanzado en octubre de 1998, el primer blog comunitario donde los lectores podían añadir comentarios a las entradas de los blogs. Después vinieron  LiveJournal, en marzo de 1999; Pitas.com, en julio de 1999; Diaryland, en septiembre de 1999; y Blogger.com, el más veterano de los actuales, lanzado en agosto de 1999, y que en 2003 fue adquirido por el gigante Google.

Nir Ofir, el que propuso esta fecha de celebración, pidió también que cada bloguero enviara cinco invitaciones de cinco blogs de diferentes temáticas a cinco diferentes contactos, para que así los internautas dieran difusión a blogs que seguramente otras personas desconocían, y que eventualmente les pudiera resultar interesantes. Aquí están los míos:

​1-Andares de escritor, de Jorge Alonso Curiel, escritor y amigo que fue el que me habló de esta noticia.

2-De escritura sigo desde hace un tiempo una serie de blogs que me permiten dedicarme al relato y microrrelato y que empezó con Acervo de Letras, del genial JascNet, así como con El blog de Lidia Castro Navás. Fueron los primeros, pero ellos me han permitido conocer otros blosg de escritura fantásticos, como Píldoras para SoñarBitácora LiterariaEl blog del TrujamanEl sueño de MorfeoEntre Luces y Sombras (no confundir con Luces y Sombras, un blog de poesía que sigo desde hace tiempo y que me emociona muchas veces), Artesanos de la Palabra, y otros muchos que no cabrían aquí, pero que podeis encontrar en todos los retos en los que participo, como el Relato Juevero y del que me encargaré la próxima semana.

3-Alvaro Anula, periodista y escritor, el blog de un amigo, intenso e incansable buscador de misterios. Otro viajero, escritor y amigo de los misterios y la historia es el vallisoletano Juan Carlos Pasalodos autor del blog Quaerendo Invenietis.

4-Diccineario, de Antonio Martín García, un blog interesante sobre cine y palabras. De cine también sigo a 3,2,1 Musine, el blog de Ivan, con comentarios de películas. Y a Atmósfera Cine, de Ana AB, aunque últimamente solo lo veo por Facebook.

5-Datos a Tutiplen, donde Carlos Menéndez, nos ofrece con cada entrada una curiosidad y una enseñanza en forma de datos.

Y, en fin, otros muchos que sigo (no con la frecuencia que me gustaría) y que nos amenizan, enseñan, motivan y agradan a partes iguales. Así que bienvenido sea el DÍA INTERNACIONAL DEL BLOG y para ello os comparto una imagen de los dos míos:



HELICON, el lugar donde reside la ilusión, de wordpress, que es mi blog de referencia que me lleva a acompañando ya muchos años…


TRIBUNA DE LOBOS, un blog que nació en la plataforma Blogger como un foro de opinión política pero del que me cansé pronto y lo abandoné. Recientemente le he vuelto a abrir (he eliminado todo el contenido anterior) para compartir mis escritos de relatos y microrrelatos que comparto en otros blogs, la mayoría de ellos de Blogger.

AlmaLeonor_LP

jueves, 29 de agosto de 2024

LA NIÑA PEQUEÑA

 


Érase una vez una niña tan pequeña que nadie la veía. La gente ni la miraba, pasaba de largo. Los perros y gatos callejeros no le arrimaban sus hociquillos. Los pajaritos del cielo no se asustaban al pasar porque pensaban que sería uno de ellos. Como nadie la veía la niña pequeña no tenía amigos y estaba muy triste. “¡Ay! Si solo alguien pudiera verme, sería mi amigo”, se lamentaba.

Un día se encontró con una muñeca rota. “¿Quién eres tú?”, preguntó la niña pequeña. “Soy una muñeca rota, sucia, abandonada, nadie me quiere porque nadie me ve. No tengo amigos y estoy muy triste”, respondió entre llantos. La niña pequeña se conmovió de su tristeza, ¡le pasaba lo mismo que a ella! “¿Tú puedes verme?” preguntó la niña pequeña. “¡Claro! Eres una niña pequeña”, respondió la muñeca rota. La niña pequeña se alegró tanto que recogió la muñeca rota del suelo, la limpió, la vistió y peinó y se fue con ella en brazos siguiendo su camino.

Entonces sucedió algo extraño: ahora podían verla. La gente le sonreía y le decía cosas bonitas: “Que niña tan buena”, “Que limpia lleva a su muñeca”, “Que guapas van las dos”, y cosas así. La niña pequeña estaba feliz, por fin la gente la veía. Pero le asaltó la duda de si la veían a ella o a la muñeca rota. Entonces la volvió a arrojar al suelo y, efectivamente, la gente dejó de verla de nuevo. Se echó a llorar.

¿Por qué lloras?”, preguntó la muñeca rota, desde el suelo. “Nadie me ve, solo lo hacían cuando te llevaba en brazos, te miraban a ti, no me veían a mí”, respondió la niña pequeña. “Te equivocas”, dijo la muñeca rota. Y continuó: “Lo que la gente vio fue tu bondad. Me recogiste, me limpiaste, me vestiste, me peinaste y me llevabas en tus brazos. Vieron tu bondad a través de mí”.

Entonces, la niña pequeña recogió a la muñeca rota y juntas se fueron de paseo siendo la admiración de todos, desde personas, hasta niños, perros, gatos y pajaritos del cielo.

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado…
AlmaLeonor_LP


Cuento participante en el Relato Juevero de Artesanos de la Palabra.

Publicado en HELICON el 28 de agosto de 2024.


martes, 27 de agosto de 2024

FOTOGRAFÍA EN OCRE

 

Caroline Mackintosh

Línea de fuego, reflejos dorados, sombras de luna, mar en calma, piel de almendra, cuerpo del deseo, inspiración de estío, agua vibrante, cabello azabache, gozo súbito, broche de oro a mi verano imaginado… Fotografía en ocre. Sí, este es el mejor.

Sentado en la antesala de aquel moderno despacho, frente a esa imagen de tres por dos metros, cientos de posibles títulos para una novela erótica se me pasaban por la cabeza. Creo que me estaba enamorando de ese cuerpo en penumbra surgiendo sirénido de las profundidades de un océano ocre. Ojalá hubiese conocido a esa mujer antes de terminar mi manuscrito. O su cuerpo. O su fotografía. Es inspiradora. No dejo de imaginarla en mis brazos al salir del agua, cubriendo sus hombros con una toalla blanca, dejando que su humedad se quede impregnada en mi ropa, abrasándome en su calidez desde cada poro de contacto. Si cierro los ojos hasta puedo sentir su aroma a salitre y juventud. Veo su boca acercarse a la mía y como la recorre luego con su lengua. Sabor a sal, humedad latente, calor tórrido, brazos de ola, caricia dorada, espuma de deseo.

Creo que acabaré marchándome de aquí si no me reciben pronto. Esa imagen me perturba y me sugestiona, no puedo dejar de mirarla y… escucharla. Sé que me llama, sé que me desea como yo a ella, sé que intenta enloquecerme con su brisa y con una risa que imagino lumínica, competencia desleal de un sol que no puede ni parecerse a su vivificante ensueño.

Pienso ahora que el libro que tengo entre las manos parece basura a su lado, no le llega a la suela de los zapatos ni a ella ni a su fotografía. Ese cuerpo describe más erótica que todo lo que yo llevo narrado hasta ahora, y eso que soy el que más publica de la editorial. Esta es mi obra definitiva, o eso pensaba. Un arduo trabajo entre novela y ensayo sobre el placer femenino y el deseo masculino. Un hombre y una mujer entregándose a los más insospechados juegos eróticos, una semana de desenfreno y lujuria sin otro cometido que practicar sexo y experimentar lubricaciones en todos los puntos de su piel. Un éxtasis celestial, el principio y el final de la existencia, desfallecer de placer, fundirse en efluvios sexuales sin fin. El infinito universo descrito en el lenguaje del sexo.

Sí, era mi obra definitiva. Ha bastado su cuerpo representado en una fotografía en ocre para echar por tierra todos mis años de escritor de novela erótica de éxito. Ya no sé qué hago aquí. Solo necesitaba una entrevista con la fotógrafa de moda en la ciudad para acordar una portada para mi obra. Ahora veo que la portada me ha encontrado a mí y está desterrando de mí ser toda mi experiencia practicando sexo, todo lo que yo sabía o imaginaba sobre el placer sexual. La deseo. Deseo a la mujer-imagen, a la imagen-mujer. Deseo su cuerpo dorado con una fuerza irrefrenable. Necesito tenerlo, amarlo, recorrerlo con mis manos y mi boca, poseerlo, hacerlo vibrar con mi miembro erecto. Cumpliendo el máximo exponente del sexo, desfallezco de deseo por ella.

No puedo seguir aquí. Tengo que novelarla, darle vida. Solo así podré hacerla mía.

AlmaLeonor_LP

Relato participante en el blog VARIETÉS 

Publicado en HELICON el 21-08-2024


QUIERO EL DIVORCIO

Martin Parr



Él era veinte años mayor que ella. Se conocieron en la Facultad de Derecho, Mariola era estudiante de primer curso y Rafael el típico profesor resultón, casado y mujeriego, que no dejaba pasar ni una oportunidad de magrearse con las jóvenes alumnas que pululaban a su alrededor como moscas. No era el único que lo hacía en la facultad, pero sí el de mayor éxito en aquellos años. Se fijó enseguida en Mariola. Su madura inteligencia, elegante belleza y esa cadenciosa manera de hablar le cautivaron. Ella no se le resistió ni un trimestre. Él no se le resistió ni un curso. Al empezar el segundo ya eran amantes oficiales. Para cuando llegó el Master Rafael se estaba divorciando y antes de la lectura de su tesis se habían casado.

Él nunca dejó de mariposear alrededor de alumnas, becarias, ayudantes, colaboradoras, colegas, camareras de hotel y hasta profesionales. Ella siempre fue consciente de todas sus veleidades sexuales, escarceos e infidelidades. Mariola sabía cómo era Rafael. Lo supo desde el principio, por eso se matriculó en esa carrera y no en otra, por eso se fijó en él y no en otro y por eso apostó su vida futura a una sola carta. Era el as de bastos, pero era un as, lo que estaba buscando, y lo manejó hasta conseguirlo, aunque Rafael presumiera ante todos de que ella fue un triunfo suyo. Siempre pensó con la bragueta abierta y la cartera cerrada, era tan ignorante que ni se daba cuenta de que tanto sus dos esposas como sus muchas amantes, aprendieron rápidamente como invertir esa ecuación.

Mariola se preguntaba a menudo si esa planificada vida que escogió tan temprano fue la más acertada. Pudo haberse casado con Fernando, el amor de su vida, un compañero de clase y luego abogado en el prestigioso bufete de Rafael, a quien rompió el corazón. Mantuvieron una relación clandestina varios años, pero nunca le dio una oportunidad y le abandonó antes de la boda. Rafael le hizo firmar un documento: ni hijos ni amantes. Lo primero, porque ya tenía tres con su primera mujer y que fuesen los únicos herederos había sido una condición del divorcio. Lo segundo, por la extrema e insana ambición de poseer algo que los demás no podrían tener.

Ella quería el éxito social y económico que le proporcionaría Rafael, formar parte de su buena y posicionada familia, disfrutar de su estatus, sus contactos y su dinero. Si el precio a pagar eran sus escarceos amorosos con cualquiera, estaba dispuesta a pagarlo. Aprendió a soltar cuerda y no decir nada cuando llegaba a casa oliendo a perfume femenino, con manchas de carmín en la camisa, con una factura de hotel en los pantalones, con una joya menor en el bolsillo de la chaqueta y hasta con una venérea que le mantuvo en tratamiento durante meses. Pero, al mismo tiempo, apretaba el correaje antes de que esos devaneos llegasen a ser una complicación para su matrimonio: se mantuvo joven y atractiva incluso sometiéndose a operaciones de alto riesgo, se enfrentó con amenazas y sobornos a las más ambiciosas de sus amantes, se dejaba seducir por los colegas de Rafael hasta hacerle rabiar de celos y le ofrecía sesiones de sexo que no podría encontrar en otras mujeres, sesiones que incluían juguetes eróticos, el consumo de estupefacientes, prácticas extremas al límite y tríos con scorts. Pero él seguía buscando fuera del matrimonio algo que ella nunca llegó a entender.

Rafael tenía un interés tóxico por las mujeres, lo suyo era más que sexo. Flirtear y sobetearlas, perseguirlas y seducirlas, obligarlas a rendirse a sus supuestos encantos, llevárselas a la cama finalmente, suponía para él una droga a la que no sabía ni quería renunciar. Pero también era consciente de que poseía a la mejor, Mariola era muy buena en la cama. Además, era sumamente inteligente, en ocasiones le ayudaba a tomar decisiones, sabía manejar situaciones complicadas y encandilaba a los hombres con los que se relacionaba en sus negocios. Rafael supo sacar rédito empresarial de todo ello, la mostraba en público como su mayor inversión en marketing, su posesión más preciada. Para evitar perderla por sus propios errores, también la obligó a firmar una renuncia a cualquier reclamación económica en caso de que fuese ella quien solicitara separarse.

Mariola lo soportaba todo solo por seguir con su planeada y bien posicionada vida. Una vida que llegó a asquearla hasta volverse insoportable. Y entonces empezaron las discusiones, las sospechas, los recelos y los escrúpulos, reproches que Rafael transformaba en insultos, humillaciones, menosprecio, desdén y violencia soterrada en caprichos sexuales que le pasaron una importante factura física. La más reciente visita al hospital fue el detonante: impuso límites en el sexo con su marido y dejó el tabaco, el alcohol, las pastillas y las operaciones de estética.

Sus apariciones en público, que siempre fueron sesiones planificadas para crecer en sus contactos y negocios, se habían ido reduciendo paulatinamente y Rafael ya no lograba llegar al final de las relaciones sexuales ni con pastillas ni con sesiones de porno ni con tríos pactados. Hacían una vida de casados de cara a la galería. Lo suyo no era un matrimonio, no se conocían, no hablaban, no disfrutaban juntos con nada. Sin la complicidad propia de una pareja, sin hijos, sin sexo, sin drogas ni medicamentos y sin esperar ya nada de esa supuestamente regalada vida, Mariola había llegado al límite de su resistencia.

Pasaban el verano en su chalet de Marbella, como habían hecho siempre. Allí, Mariola celebraba su cumpleaños. La última fiesta, la de sus cincuenta y cinco, fue todo un éxito social, hasta su marido se permitió perseguir a una invitada. A la mañana siguiente, tomando el sol en la playa, sentada al lado de un envejecido Rafael, se preguntaba si debía seguir soportando todo aquello. A esas alturas de su vida estaba muy cansada y solo sentía repugnancia por el hombre que ocupaba una silla playera a su lado.

Rafael seguía absorto en los desnudos a color de su revista, babeando cada vez que se le cruzaba una chica en topless y le miraba insinuante, quizá rastreando, persiguiendo el mismo sueño, la misma auto-trampa en la que ella cayó hacía ya mucho tiempo. Entonces, se volvió hacia él y con la tranquilidad que otorgan las decisiones muy meditadas, le sujetó por la muñeca y se lo dijo.

—Quiero el divorcio.

AlmaLeonor_LP

Relato participante en el blog VARIETÉS 

Publicado en HELICON el 27-08-2024