jueves, 19 de septiembre de 2024

LA PRIMERA FUNCIÓN


 

Entras por primera vez en ese teatro. Surge la magia y las luces, el sonido, el libreto, los aplausos… todo confluye al poner un pie en el escenario. Se alza el telón y no existe pasado ni presente; no hay sufrimiento; no recuerdas las horas de ensayo ni los gritos ni los nervios. Llenas tu mente de aquella primera vez que viste una función y te dijiste que aquello era lo tuyo. De cuando pediste permiso a tus padres para actuar, recuerdas la primera obra que interpretaste. Todo desaparece y todo confluye. Es la primera función. Se hace el silencio.

AlmaLeonor López Pilar


Microrrelato finalista en el V Concurso de Microrrelatos Gadis 2024.



¡CLINT, CLINT, CLINT…!


Ruskin Spear


«Clint, Clint, Clint… luna de abril».

«Clint, Clint, Clint… me gusta hacerte feliz».

«Clint, Clint, Clint… feliz cumpleaños a ti».

«Clint, Clint, Clint… suena una canción infantil».

«Clint, Clint, Clint… cariñitos para mí».

«Clint, Clint, Clint… ahora te toca a ti».

La niña carcajeó hasta revolcarse por el suelo. Su madre se volvió sorprendida, se la veía feliz y eso le hacía feliz a ella, pero no entendía la razón de su risa, estaban solas y su hija no tenía juguetes, no podía costearlos. Su trabajo planchando ropa para la gente bien de esa ciudad arruinada no daba para ningún dispendio.

—¿Con quién hablas?

—Con Tino —dijo, señalando a un gato blanco y negro.

—¿Con él? ¡Es un gato!

—No es un gato, es mi amigo.

Su madre se resignó. Su hija era muy especial. Ser hija de madre soltera en esos tiempos de guerra y hambruna no fue fácil para ninguna de las dos. Al menos, su niña tenía ese gato famélico que la acompañaba desde que lo encontraron dentro de una caja una noche de luna llena de abril, justo el día de su cumpleaños. Decía que era su regalo y se la veía feliz, así que se lo quedaron. Ella no tenía a nadie más que a su pequeña. Hasta el dichoso gato se le mostraba esquivo.

—Vale, cariño. Pero hay que irse a la cama ya, despídete de él.

—Lo haré, mamá, en cuanto termine de cantarme la canción.

Su madre se quedó en la puerta. Le intrigaban las conversaciones de su hija con ese animal. La niña le miraba atenta mientras Tino parecía mover su boquita, luego ella reía y volvían a empezar. ¿Realmente el gato hablaba con su hija? Empezó a preocuparse. Se lo preguntaría directamente por la mañana.

—¿Qué te decía… Tino?

—Me cantaba una canción.

—¿Una canción? ¿Cuál? —Nunca le había cantado canciones, no se sabía ninguna, pero su hija, de repente, empezó a cantar…

—¡Clint, Clint, Clint… luna de abril! ¡Clint, Clint, Clint… me gusta hacerte feliz! ¡Clint, Clint, Clint… feliz cumpleaños a ti! ¡Clint, Clint, Clint… suena una canción infantil!

AlmaLeonor_LP

Texto participante en la CONVOCATORIA JUEVERA del 19 de septiembre de 2024 a cargo del blog NEOGÉMINIS 

Publicado en HELICON el 19 de septiembre de 2024.


 

martes, 17 de septiembre de 2024

EL ESPÉCIMEN

David Cheifetz

Tomó una fotografía con su móvil y la subió a Instagram. Era el bicho más raro que había visto nunca, una bella mezcla entre mariposa, polilla y libélula enorme, colorida y peluda. Iba a capturarla, pero se le escapó en el último momento. Se alegró, en realidad, no le gustaba hacer daño a los animales, ni encerrarlos o coleccionarlos. Al menos, pudo fotografiarla. Siguió paseando por el lugar que escogió para una desestresante escapada campestre de fin de semana, antes de volver a la vorágine de su trabajo como creador de contenidos en una empresa multinacional de software para empresas.

Cuando se incorporó el lunes se extrañó del aluvión de reacciones recibidas en Instagram sobre aquella fotografía: más de mil notificaciones y cerca de doscientos comentarios. Muy sorprendido, fue leyéndolos uno a uno. Algunos le felicitaban efusivos por haber realizado una fotografía tan bonita, sin expresar si les gustaba por el insecto o por la imagen en sí. Otros, muy pedantes, le recriminaban no haberla retocado antes de subirla a Instagram. Había quien se interesaba por el nombre del bicho, otros lo apuntaban directamente. Alegando que era una especie invasora peligrosa para la fauna autóctona, hubo quien le instaba a denunciar su hallazgo a las autoridades. Alguno, incluso, le preguntaba por el lugar exacto de la instantánea para intentar capturar el espécimen. Y muchos, la mayoría, le acusaban de haber realizado un montaje fotográfico con varias clases de insectos para su lucimiento.

Borró la fotografía y se puso a trabajar.

AlmaLeonor_LP


Texto participante en el microreto de escritura de EL TINTERO DE ORO de septiembre, dedicado a LAS REDES SOCIALES.

Publicado en HELICON el 17 de septiembre de 2024.