lunes, 15 de abril de 2013

HABLEMOS DE ESCRACHES


HABLEMOS DE ESCRACHES



Nada me gustaría más que ver como cesan los escraches. Aplaudiría que se dejasen de convocar, que se eliminase esa forma de protesta. Lo aplaudiría porque significaría que los desahucios injustos e ilegales (según la sentencia de Luxemburgo ) ya no se producirían. Significaría que las iniciativas legislativas populares tendrían el efecto que se les atribuye. Significaría que en este país se estaría empezando a trabajar para solucionar un problema que afecta a muchos miles de ciudadanos y deja en la calle a familias enteras, niños incluidos, cuyo desalojo "entra en permanente confrontación tanto como con la convención de los derechos del niño, como en la declaración de los derechos del niño, ya que gran parte de las víctimas colaterales son los menores que han contemplado, viven y sufren los ataques sufridos en el domicilio de sus padres".

Estas palabras entrecomilladas no son mías, son de la plataforma Manos Limpias y pertenece al escrito con el que ha justificado la demanda que ha interpuesto contra Ana Colau, presidenta de la PAH como "inductora y cooperadora necesaria" en los delitos de coacciones y amenazas “en domicilios de representantes de la soberanía nacional, y que superan con creces el derecho a la libertad de expresión y manifestación”. Pero claro, esos niños de los que hablan, son los hijos de los políticos que tienen que ver como los desahuciados de este país se manifiestan frente a su casa. No se refieren a los niños que se ven obligados a contemplar como la policía saca violentamente de su domicilio a sus familiares y a ellos mismos.

También Felipe González apeló a los niños para denunciar los escraches, olvidando a las víctimas de los desahucios: "¿Por qué un niño tiene que aguantar presión en la puerta de su casa?".  Se olvidó también de los suicidados por los desahucios y de que fue este partido quien puso en marcha el desahucio express. El PSOE sigue sin encontrar el norte… un día envía a una muchacha sobresaliente a una manifestación de la PAH (de donde se vio “desalojada” por cierto) y al día siguiente condena los escraches que convoca esa misma plataforma…

A mí me gustaría que cesasen los escraches, sí. Pero más me gustaría que cesasen los ataques de los políticos de este país y sobre todo del partido en el gobierno, hacia todo tipo de manifestación popular en defensa de las libertades ciudadanas y los derechos de todos. Ya me hicieron creer una vez que una manifestación frente (y no “en”) al Congreso no era una buena idea y no la secundé. No volverá a ocurrir. Ahora pretenden hacernos creer que si se llenan las calles con camisetas verdes por el derecho a una escuela pública de calidad, o con batas blancas por la defensa de una sanidad pública para todos, es síntoma suficiente como para “racionalizarel uso del espacio público” y “modular el derecho a manifestarse”, como pedía C. Cifuentes el año pasado, en un intento de limitar y coartar el derecho de huelga y manifestación.

Volviendo a los Escraches, no conocía la palabra… tuve que buscar su significado. Pero a priori pensaba yo que tendría que ser algo así como la devastación del mundo, la tercera guerra mundial o algo incluso peor, ya que todo el PP en pleno, por boca de su portavoz Mª Dolores Cospedal, lo tacha de “nazismo puro”, una práctica igualita a cuando en los años previos a la Guerra Civil  "se iba a señalar a las casas a ciertas personas por pertenecer a determinados grupos".

 No es la única. “Los escraches me recuerdan a cuando los nazis marcaban viviendas”, declaraba también la diputada del PP Ana Durán.  Y el parlamentario del PP Antón Damborenea, afirmaba por su parte que "sí se han parecido más a lo que hacía Herri Batasuna en los domicilios de determinados concejales del PP o PSOE"… Y hasta el exdiputado del PP Sigfrido Soria, se descuelga afirmando que si “algún perroflauta” le llegara a acosar por la calle, a intimidar o a agredir “la hostia que se lleva ni se la va a creer

Javier Arenas, sigue insistiendo en una falsedad al preguntarse "¿dónde estaban los que acosan” en la época de Zapatero porque "había 80.000 desahucios al año", cuando ya se ha afirmado hasta la saciedad que la PAH ya existía entonces y ya actuaba frente a los desalojos (fue creada en el 2009 y en el 2011 consiguió el mayor número deparalizaciones de desahucios). Además de no recocer esta realidad, no reconoce tampoco la palabra escrache y dice que son “acosadores”.

Y hasta la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se descuelga en su blog considerándolos "energúmenos" y "violentos acosadores", y llegando aún más lejos al mezclar a los miembros de la PAH con la violencia independentista ("imitadores del matonismo de los seguidores de ETA en el País Vasco"), con la violencia fascista ("juventudes hitlerianas") y hasta con regímenes comunistas ("patrullas castristas en Cuba"). Todos los demonios en un solo conjunto de siglas, PAH, "simples epígonos de las tácticas de los peores totalitarismos del siglo pasado", dice Aguirre. 

¡¡No hombre no!!… Señoras y señores del PP, una cosa es que no se cansen nunca de calificar de violenta a toda la izquierda de este país, como hace continuamente el Sr. Floriano y otra muy distinta es que confundan churras con merinas….  A ver si nos aclaramos.

Los nazis no marcaban viviendas, eliminaban directamente a todo ciudadano judío enviándolo a campos de concentración y cámaras de gas. Totalitarismos en el siglo pasado hubo muchos, pero uno de ellos, el franquismo, llamado aquí dictadura por todos menos por el diccionario bibliográfico, mandaba a cárceles o a fosas comunes a ciudadanos “rojos” solo por pensar de manera diferente. Eran señalados por sus vecinos, eso es cierto, pero no en manifestaciones públicas, sino en delaciones anónimas y privadas alentadas desde el régimen. El terrorismo de ETA ha sido demasiado sangrante en este país, como para que ustedes vengan a banalizarlo de una forma tan vergonzante. Y las “patrullas castristas” en Cuba no sé si señalarán a mucha gente, lo que sí sé es que la oposición que ustedes apoyan hasta con asesores de su partido convertidos en chóferes temerarios (Ángel Carromero fue condenado por homicidio imprudente), sí que señala a cubanos a los que acusa de estar envueltos en maniobras que persiguen y embisten coches hasta causar un accidente con resultado de muerte.

Y finalmente, “acosadores” son aquellos que violentan la intimidad y la vida de muchas mujeres. Demasiadas. Acosadores son también todos aquellos que, situados frente a las clínicas abortivas de este país, persiguen y señalan a las mujeres que entran y salen de ellas (en otros países incluso delante de sus casas). Esos son "crueles y violentos escraches" decía ElenaValenciano del PSOE. No señora, eso es acoso y derribo de derechos, precisamente aquello contra lo que luchan los escraches.

En una cosa sí que tiene razón Elena Valenciano… desde el PP se está utilizando el escrache como “cortina de humo” para tapar el verdadero problema, que son los desahucios. Es una estrategia de despiste: Se vuelca toda la culpabilidad hacia la respuesta al problema, el escrache, mientras se evita resolver el problema, los desahucios, porque eso les culpabilizaría a ellos.

Después de condenar un escrache frente a su casa, Soraya Sáenz de Santamaría no entra en el terreno descalificador, solo en el legal: "Mi casa es el terreno de mi vida personal y de mi familia", para continuar indicando que los lugares adecuados para “pedirle cuentas por su trabajo sólo son el Congreso y La Moncloa”.  

¡Hombre no! Eso es una trampa falaz. Frente (que no “en”) al Congreso ya quedó claro que no se puede uno manifestar, porque tanto Sáez de Santamaría como C. Cifuentes y todos los mandos de la policía de Madrid, lo consideran un ataque al centro mismo de la soberanía del Estado y desalojarían “con la violencia necesaria” cualquier manifestación de “perroflautas”. Y en la Moncloa… pues tampoco nos dejarían manifestarnos a menos de 300 metros (aproximadamente, según la policía, cuando en una playa, que es de todos, se puede construir a menos de 30) porque en realidad es el domicilio del Presidente del Gobierno, o sea que cualquier manifestación frente (que no “en”) a la Moncloa se consideraría escrache ¿no?

Muchas son las voces que se han alzado contundentemente en contra de los escarches de la PAH, incluido el Editorial de El País del pasado día 10, que contundentemente decía que “es hora de decir que ese método es inaceptable

Pero es hora de decir que mientras unos políticos se vanaglorian de su amistad con mafiosos, otros presumen de la gran cantidad de dinero que ha logrado reunir “sospechosamente” en una cuenta Suiza, y otros, muchos, aparecen imputados o por imputar en delitos de corrupción; en este país se hunde en la miseria a quien ha gastado su dinero y su firma en la compra de una casa, del mismo modo que se estafa a quien intentando ahorrar se encuentra con una quita de sus dineros en “preferentes”. Da igual que se gaste o que se ahorre, aquí solo se culpabiliza al ciudadano.

Es hora de decir que es inaceptable la criminalización que se está realizando desde los organismos oficiales de este país hacia todo tipo de manifestación y protesta. Es hora de decir que los desahucios han sido llevados a cabo con violencia policial extrema, con alevosía y connivencia con unos bancos fraudulentos y estafadores, y también de forma ilegal según la sentenciade Luxemburgo.

Es hora de decir que la Iniciativa Legislativa Popular sobre los desahucios ha sido tumbada en el Congreso desoyendo la voz de más de un millón de ciudadanos, amparándose en una mayoría que les otorgó el gobierno. Pero "ninguna mayoríaabsoluta puede legitimar violaciones sistemáticas de derechos humanos", como afirmaba el asesor jurídico de la PAH, quien recordaba además que la plataforma, está presentando propuestas concretas que son sistemáticamente rechazadas por el gobierno, y está pidiendo únicamente que cesen “las violaciones sistemáticas de derechos humanos que se están perpetrando por medio de desalojos forzosos sin alternativa habitacional y condenas a deudas futuras”.  

Es hora de decir que un Escrache es una forma de manifestación legítima y no violenta (hasta el diputado navarro del PP José Cruz Pérez Lapazarán, se sorprendió de que “no ha habido agresividad, sólo propuestas) que fue puesta en práctica por primera vez en Argentina por un colectivo que defendía los derechos humanos de miles de desaparecidos cuando los responsables estaban siendo indultados por el gobierno de ese país. El hecho de que se lleven a cabo en España y que sea un gobierno democrático el que reciba ese tipo de protesta ciudadana, debería ser suficiente aliciente para hacerles reflexionar en lugar de atizar todos los demonios de la intolerancia contra los propios ciudadanos a los que se supone tiene que amparar.

El Escrache es una medida a la desesperada. La última acción. La única salida que queda. Y mientras no se den cuenta de eso no se encontrará la forma de solucionar este problema. No mientras solo propugnen el enfrentamiento y la denuncia policial. Como en el caso del intento de escrache en el domicilio de Jesús Posada, presidente del Congreso, frustrado por la policía   en el que además fue retenido y amenazado por la policía un reportero que “disparó” su cámara.

Por cierto que también ha sido denunciado y multado por Cifuentes, uno de los políticos más emblemáticos de la antigua AP, Jorge Vestringe, por acudir a un Escrache… ¿por qué será que no creo absolutamente nada de su posicionamiento?

AlmaLeonor

Muy buenos los siguientes artículos sobre escraches:
- Juan Carlos MonederoEscraches: la democracia que nos han robadohttp://www.comiendotierra.es/2013/04/13/escraches-la-democracia-que-nos-han-robado/
- Clara ValverdeSoy nieta del holocausto nazi y hago escrachehttp://www.eldiario.es/catalunyaplural/nieta-holocausto-nazi-hago-escrache_6_121847818.html