EL BOICOT AL TORO DE LA VEGA
Se ha creado una página en Facebook que promueve el boicot
mundial a Tordesillas por el mantenimiento del Toro de la Vega. Se llama Boicot
Mundial Tordesillas - Worldwide Boycott Tordesillas. Aquí lo dejo por si
alguien quiere sumarse.
Yo no lo haré. Y voy a explicar por qué...
No soy partidaria y estoy en contra de todo maltrato animal
gratuito. Me da igual que sea el Toro de la Vega, las corridas de toros, las
vaquillas de los pueblos, los abrigos de pieles por adorno, los perros atados
de por vida a una cadena, los gallos enfrentados en peleas, o cualquier otro
tipo de maltrato animal gratuito. Quiere esto decir que no voy a dejar de comer
carne ni a utilizar calzado de piel ni a dejar de consumir leche ni a realizar
ninguna acción que elimine completamente el uso animal en nuestra alimentación
y en nuestra vida. Pienso que puede compatibilizarse el respeto por la vida
animal con un uso racional de los recursos de origen animal. También creo en el respeto a la vida humana
por encima de todo y soy partidaria del aborto y la eutanasia, pero no de la
pena de muerte ni las guerras. Sin embargo son estas dos últimas cosas las que
están más aceptadas en amplios sectores de la sociedad (e incluso avaladas por
las leyes en muchos sitios) y las dos primeras las que más se sancionan social
y legalmente.
Tordesillas mantiene una tradición fanática y totalmente execrable.
Pero ahora, al ver este anuncio de boicot me estoy preguntando muchas cosas. Estoy reflexionando en qué beneficia y
perjudica un boicot de este tipo a todas las partes. Estoy pensando en las
muchas personas que hay en ese pueblo, me consta, que estarían más que
contentas con que su tradición se adaptase a los nuevos tiempos y que el pueblo
disfrutase de unas fiestas queridas por todos, pero sin tener que maltratar a
un animal. Estoy pensando en un pueblo precioso que tiene mucho encanto e
historia que mostrar al mundo y que no se merece un abandono ni unos insultos
tan dolorosos. Estoy pensando en una forma diferente de hacer las cosas que no
sea dañando a mucha gente que solo quiere vivir su vida en el lugar donde
seguramente nació y al que quiere y al que defiende de los ataques de quienes
no son del lugar aún a costa de mostrarse partidarios de un acto que
seguramente les disgusta. Tal vez solo estén defendiendo lo suyo, aunque no le guste
demasiado, solo porque los demás lo atacan inexorablemente.
Hace tiempo hablaba con gentes que conozco de la plataforma animalista sobre este tema de las manifestaciones antitaurinas. Son gentes
como todos, como podemos ser tú y yo, no son héroes ni desalmados, y no se
consideran ni una cosa ni la otra, sino gentes que defienden aquello en lo que
creen, el respeto a los animales. Muchos, al menos los que yo conozco, son
veganos también. Otros no lo serán, pienso yo. No hace falta ser vegano, como
decía antes, para entender que perseguir y alancear a un animal indefenso y
asustado hasta darle muerte no es una sana práctica ni debe ser considerada tradición
ni cultura. Pues hablando con ellos de
este tema, les decía yo que no me parecía que enfrentarse de forma tan abierta
y contraria al pueblo por el Toro de la Vega fuese una forma efectiva de
conseguir la abolición del mismo. Ellos me lo recriminaban, claro, pero yo
insistía. Pensaba, y sigo pensando, que acciones de este tipo, tan abiertamente
enfrentadas a las gentes que defienden ese acto inhumano produciría un efecto
contrario y haría que muchas gentes que tal vez estuviesen dispuestas a
abolirlo acabasen defendiéndolo solo porque se ataca a Tordesillas. Y además, su
protesta está haciendo que haya quienes les acusen de ser seres capaces de toda
clase de “aberraciones”, según
decían en una reciente manifestación de unas 2000 personas en el pueblo de Tordesillas.
En todo caso se les apedrea, se les detiene, se les acusa de violentos y se
les rechaza. Y son gentes que defienden algo totalmente defendible. El rechazo,
provoca rechazo en todos los sentidos.
Hoy en día son cada vez más las voces que se alzan en contra
del Toro de la Vega. Muchas y cada vez más famosas, como fue el caso del
humorista vallisoletano Leo Harlem quien
rechazó en el último momento ser el pregonero de las fiestas de Tordesillas.
Las presiones y su convencimiento contrario a la “fiesta” acabaron por
decidirle, después de haber aceptado, que fue la crítica que se le hizo en
realidad. Imagino que si uno no es partidario de este tipo de actos no acepta
para luego rechazar, pero si uno es artista y su único fin y actuar ante un
público total ¿debe rechazar actuar para aquellos con los que no le une una
intención afín? Dejo la pregunta en el aire, pero el caso es que cada vez hay
más gentes que se unen en contra de Tordesillas y su festejo.
El último del que
he leído es Arturo Pérez Reverte, que ha manifestado, y supongo que ha sido la
inspiración de la página que menciono al principio, que propone una campaña
turística tras el Toro de la Vega: "No pares en Tordesillas" . Hombre, no está de más que haya gentes famosas, al fin y al
cabo llegan a más público, que se manifiesten a favor o en contra de un acto en
una campaña. Ahí está Pedro Sánchez que no encontrando donde convencer
ciudadanos para ser afines a su socialismo de nuevo cuño (“producto de marketinque dice vulgaridades” según Julio Anguita), se lanzó al “ruedo” de Sálvame para
manifestarse en contra del Toro de la Vega y prometer acciones que prevengan el
maltrato animal, cuando el alcalde de Tordesillas es socialista; pero que lo
diga Pérez Reverte que es un acérrimo defensor de la guerra (entre personas,
si, si) como medio de que “queden los mejores” me parece, cuanto menos, una
desfachatez digna de las suyas.
Pero volviendo al tema, no creo que un boicot a una localidad
como Tordesillas, insisto con mucho bueno que mostrar y con muchas personas que
no comulgan con el Toro de la Vega, sea una buena forma de atajar este tema. Ya
tenemos en Castilla y León ejemplos suficientes de cómo actúan quienes
defienden la “fiesta nacional”, sobre todo cuando éstos están en el poder, después
del debate acerca de si prohibir o no las corridas de toros (al menos el
alcalde de Tordesillas no habla del Toro de la Vega en el vídeo promocional de
su pueblo, tal y como mostró El Intermedio). En Castilla y León las corridas de toros se promocionan culturalmente, se financian con dinero
público, se enseña en los colegios y se ofertan visitas culturales a picaderos
y corridas para “divulgar la fiesta”. Es un “efecto rebote” inmediato
que puede llegar incluso a “blindar” las corridas con una simple ley, como ha sucedido en Tordesillas, donde se ha reconocido el Toro de la Vega como un Patrimonio Cultural Inmaterialde la Villa.
Yo creo que una buena campaña en contra del Toro de la Vega
podría empezar por animar a todo el mundo a que visite Tordesillas y en su
visita manifieste que le encanta el pueblo (si es que le encanta, claro, si no
le gusta, también puede decirlo) pero que no le gusta el Toro de la Vega. Una
buena campaña en contra del Toro de la Vega animaría a que mucha gente
contraria al maltrato animal celebre encuentros en Tordesillas para animar a
quienes están a favor del trato más humanitario a los animales, manifieste su
opinión abiertamente y no empujado, posiblemente, por el sentir de sus vecinos
y con miedo a hablar en contra. Una buena campaña en contra del Toro de la
Vega, hablaría de abolir o modificar la tradición, buscando consensos, para que ningún animal salga
maltratado. Y aquí me refiero tanto al toro como a los caballos, porque hay
muchos que salen muy mal heridos del lance y han de ser sacrificados. En cuanto
a las personas que puedan salir heridas, también merecen un trato de compasión,
por supuesto, pero no voy a llamarlos “animales” porque para mí esa palabra
merece más respeto que quienes les maltratan.
No creo que un boicot a Tordesillas sea una buena idea. Y
estoy pensando en qué clase de buena idea puede ser un boicot de cualquier tipo,
y esto lo digo con el conocimiento de causa de que en algunos casos ha sido
efectivo, pero también sabiendo que cuando se hace un boicot a un país o a una
comunidad, por poner ejemplos conocidos (a Cuba, a Palestina, a Israel, a
España el boicot ruso, a Cataluña por el independentismo… ) quienes sufren las
consecuencias primeras y directas de esos boicots son las gentes que viven allí
y que sufren una doble sanción: tanto por la infracción como por el boicot
consecuente. Hace tiempo que empecé a dudar de la efectividad de los boicots, o
al menos de su total efectividad. Y en este caso creo que un enfrentamiento tan
abierto, tan encontrado y con tantas aristas como lanzas con picas no es una
buena idea. Para nada.
La tortura no es cultura,
pero la cultura no se alcanza por imposición, ni por chantaje, aunque sea en
forma de boicot. Si se acaba por abolir el Toro de la Vega a causa del boicot ¿producirá el efecto inmediato de un "baño" de cultura a quienes intentarán por todos los medios anular esa ley? Yo creo que no.
AlmaLeonor