domingo, 21 de septiembre de 2014

EL BOICOT AL TORO DE LA VEGA

EL BOICOT AL TORO DE LA VEGA


Se ha creado una página en Facebook que promueve el boicot mundial a Tordesillas por el mantenimiento del Toro de la Vega. Se llama Boicot Mundial Tordesillas - Worldwide Boycott Tordesillas. Aquí lo dejo por si alguien quiere sumarse.

Yo no lo haré. Y voy a explicar por qué...

No soy partidaria y estoy en contra de todo maltrato animal gratuito. Me da igual que sea el Toro de la Vega, las corridas de toros, las vaquillas de los pueblos, los abrigos de pieles por adorno, los perros atados de por vida a una cadena, los gallos enfrentados en peleas, o cualquier otro tipo de maltrato animal gratuito. Quiere esto decir que no voy a dejar de comer carne ni a utilizar calzado de piel ni a dejar de consumir leche ni a realizar ninguna acción que elimine completamente el uso animal en nuestra alimentación y en nuestra vida. Pienso que puede compatibilizarse el respeto por la vida animal con un uso racional de los recursos de origen animal. También creo en el respeto a la vida humana por encima de todo y soy partidaria del aborto y la eutanasia, pero no de la pena de muerte ni las guerras. Sin embargo son estas dos últimas cosas las que están más aceptadas en amplios sectores de la sociedad (e incluso avaladas por las leyes en muchos sitios) y las dos primeras las que más se sancionan social y legalmente.

Tordesillas mantiene una tradición fanática y totalmente execrable. Pero ahora, al ver este anuncio de boicot me estoy preguntando muchas cosas.  Estoy reflexionando en qué beneficia y perjudica un boicot de este tipo a todas las partes. Estoy pensando en las muchas personas que hay en ese pueblo, me consta, que estarían más que contentas con que su tradición se adaptase a los nuevos tiempos y que el pueblo disfrutase de unas fiestas queridas por todos, pero sin tener que maltratar a un animal. Estoy pensando en un pueblo precioso que tiene mucho encanto e historia que mostrar al mundo y que no se merece un abandono ni unos insultos tan dolorosos. Estoy pensando en una forma diferente de hacer las cosas que no sea dañando a mucha gente que solo quiere vivir su vida en el lugar donde seguramente nació y al que quiere y al que defiende de los ataques de quienes no son del lugar aún a costa de mostrarse partidarios de un acto que seguramente les disgusta. Tal vez solo estén defendiendo lo suyo, aunque no le guste demasiado, solo porque los demás lo atacan inexorablemente.

Hace tiempo hablaba con gentes que conozco de la plataforma animalista sobre este tema de las manifestaciones antitaurinas. Son gentes como todos, como podemos ser tú y yo, no son héroes ni desalmados, y no se consideran ni una cosa ni la otra, sino gentes que defienden aquello en lo que creen, el respeto a los animales. Muchos, al menos los que yo conozco, son veganos también. Otros no lo serán, pienso yo. No hace falta ser vegano, como decía antes, para entender que perseguir y alancear a un animal indefenso y asustado hasta darle muerte no es una sana práctica ni debe ser considerada tradición ni cultura. Pues hablando con ellos de este tema, les decía yo que no me parecía que enfrentarse de forma tan abierta y contraria al pueblo por el Toro de la Vega fuese una forma efectiva de conseguir la abolición del mismo. Ellos me lo recriminaban, claro, pero yo insistía. Pensaba, y sigo pensando, que acciones de este tipo, tan abiertamente enfrentadas a las gentes que defienden ese acto inhumano produciría un efecto contrario y haría que muchas gentes que tal vez estuviesen dispuestas a abolirlo acabasen defendiéndolo solo porque se ataca a Tordesillas. Y además, su protesta está haciendo que haya quienes les acusen de ser seres capaces de toda clase de “aberraciones”,  según decían en una reciente manifestación de unas 2000 personas en el pueblo de Tordesillas. En todo caso se les apedrea, se les detiene, se les acusa de violentos y se les rechaza. Y son gentes que defienden algo totalmente defendible. El rechazo, provoca rechazo en todos los sentidos.

Hoy en día son cada vez más las voces que se alzan en contra del Toro de la Vega. Muchas y cada vez más famosas, como fue el caso del humorista vallisoletano Leo Harlem   quien rechazó en el último momento ser el pregonero de las fiestas de Tordesillas. Las presiones y su convencimiento contrario a la “fiesta” acabaron por decidirle, después de haber aceptado, que fue la crítica que se le hizo en realidad. Imagino que si uno no es partidario de este tipo de actos no acepta para luego rechazar, pero si uno es artista y su único fin y actuar ante un público total ¿debe rechazar actuar para aquellos con los que no le une una intención afín? Dejo la pregunta en el aire, pero el caso es que cada vez hay más gentes que se unen en contra de Tordesillas y su festejo. 

El último del que he leído es Arturo Pérez Reverte, que ha manifestado, y supongo que ha sido la inspiración de la página que menciono al principio, que propone una campaña turística tras el Toro de la Vega: "No pares en Tordesillas" . Hombre, no está de más que haya gentes famosas, al fin y al cabo llegan a más público, que se manifiesten a favor o en contra de un acto en una campaña. Ahí está Pedro Sánchez que no encontrando donde convencer ciudadanos para ser afines a su socialismo de nuevo cuño (“producto de marketinque dice vulgaridades” según Julio Anguita), se lanzó al “ruedo” de Sálvame para manifestarse en contra del Toro de la Vega y prometer acciones que prevengan el maltrato animal, cuando el alcalde de Tordesillas es socialista; pero que lo diga Pérez Reverte que es un acérrimo defensor de la guerra (entre personas, si, si) como medio de que “queden los mejores” me parece, cuanto menos, una desfachatez digna de las suyas.
Pero volviendo al tema, no creo que un boicot a una localidad como Tordesillas, insisto con mucho bueno que mostrar y con muchas personas que no comulgan con el Toro de la Vega, sea una buena forma de atajar este tema. Ya tenemos en Castilla y León ejemplos suficientes de cómo actúan quienes defienden la “fiesta nacional”, sobre todo cuando éstos están en el poder, después del debate acerca de si prohibir o no las corridas de toros (al menos el alcalde de Tordesillas no habla del Toro de la Vega en el vídeo promocional de su pueblo, tal y como mostró El Intermedio). En Castilla y León las corridas de toros se promocionan culturalmente, se financian con dinero público, se enseña en los colegios y se ofertan visitas culturales a picaderos y corridas para “divulgar la fiesta”. Es un “efecto rebote” inmediato que puede llegar incluso a “blindar” las corridas con una simple ley, como ha sucedido en Tordesillas, donde se ha reconocido el Toro de la Vega como un Patrimonio Cultural Inmaterialde la Villa

Yo creo que una buena campaña en contra del Toro de la Vega podría empezar por animar a todo el mundo a que visite Tordesillas y en su visita manifieste que le encanta el pueblo (si es que le encanta, claro, si no le gusta, también puede decirlo) pero que no le gusta el Toro de la Vega. Una buena campaña en contra del Toro de la Vega animaría a que mucha gente contraria al maltrato animal celebre encuentros en Tordesillas para animar a quienes están a favor del trato más humanitario a los animales, manifieste su opinión abiertamente y no empujado, posiblemente, por el sentir de sus vecinos y con miedo a hablar en contra. Una buena campaña en contra del Toro de la Vega, hablaría de abolir o modificar la tradición, buscando consensos, para que ningún animal salga maltratado. Y aquí me refiero tanto al toro como a los caballos, porque hay muchos que salen muy mal heridos del lance y han de ser sacrificados. En cuanto a las personas que puedan salir heridas, también merecen un trato de compasión, por supuesto, pero no voy a llamarlos “animales” porque para mí esa palabra merece más respeto que quienes les maltratan.

No creo que un boicot a Tordesillas sea una buena idea. Y estoy pensando en qué clase de buena idea puede ser un boicot de cualquier tipo, y esto lo digo con el conocimiento de causa de que en algunos casos ha sido efectivo, pero también sabiendo que cuando se hace un boicot a un país o a una comunidad, por poner ejemplos conocidos (a Cuba, a Palestina, a Israel, a España el boicot ruso, a Cataluña por el independentismo… ) quienes sufren las consecuencias primeras y directas de esos boicots son las gentes que viven allí y que sufren una doble sanción: tanto por la infracción como por el boicot consecuente. Hace tiempo que empecé a dudar de la efectividad de los boicots, o al menos de su total efectividad. Y en este caso creo que un enfrentamiento tan abierto, tan encontrado y con tantas aristas como lanzas con picas no es una buena idea. Para nada.

La tortura no es cultura, pero la cultura no se alcanza por imposición, ni por chantaje, aunque sea en forma de boicot. Si se acaba por abolir el Toro de la Vega a causa del boicot ¿producirá el efecto inmediato de un "baño" de cultura a quienes intentarán por todos los medios anular esa ley? Yo creo que no.

AlmaLeonor