sábado, 3 de agosto de 2013

RAJOY SE EQUIVOCÓ... PERO SE LE APLAUDE.

RAJOY SE EQUIVOCÓ…  PERO SE LE APLAUDE



Hay tres formas de penar una equivocación en la vida pública. En la Iglesia una equivocación con el dogma implica cumplir una penitencia. En la Justicia, equivocarse con la ley supone una sentencia condenatoria. En política una equivocación supone una dimisión.
O al menos eso es lo que nos habían enseñado que sucede en democracia. Si un partido político en el poder se equivoca en sus políticas, en sus actuaciones, en sus decisiones, en sus declaraciones, o en elegir a sus amigos cuando estos son corruptos, si se equivoca, ha de dimitir. En España no.
Pero eso no es todo. Lo peor de este asunto “ahora si” llamado Bárcenas, es que a nadie parece importarle mucho que se esclarezca. Al partido en el gobierno, al PP, es entendible que no le interese que se sepa mucho más de este tema, por eso ha protagonizado las más rocambolescas ruedas de prensa que se recuerdan en la historia de la democracia mundial, dando unas explicaciones que debían ser rectificadas a golpe de “papeles” publicados en los medios. Y por eso ha retrasado la intervención del Presidente ante la Cámara que representa a todos los españoles. Pero es que tampoco le importa mucho más a los demás grupos de la oposición, ni a los periodistas políticos, ni casi a los ciudadanos.
Partidos políticos y periodistas especializados se han dedicado a arrojarse titulares a la cara y a cubrirse de acusaciones mutuas al grito del “¡Y tú más!” que se ha convertido en el santo y seña de la política de este país. Mientras, a pocos les importa algo más que el tema de unos sms intercambiados entre Rajoy y Bárcenas. Eso sí, con decir que “me equivoqué al tenerle como amigo” sale “reforzado” del Congreso.
¿Es que lo único que importa es si Bárcenas y Rajoy se intercambiaban mensajes de sms? ¿Es que a nadie le importa la corrupción que se denuncia? ¿Es que todo el mundo se está creyendo que Bárcenas es simplemente un delincuente que se queda con dinero? ¿Es que a nadie le importa saber cómo llega ese dinero a sus manos, siendo TESORERO de un partido mayoritario en este país? ¿Es que nadie es capaz de relacionar el trabajo de un tesorero con las actuaciones que se llevaban a cabo en el lugar donde ejercía, ergo sede del PP?
Si esto hubiese sido una película de Hollywood, y Bárcenas el tesorero de Al Capone, hubiese estado protegido por la policía mientras destapaba todos los manejos corruptos de su jefe, al tiempo que a éste se le encarcelaba por quedar demostrado, con los papeles que diligentemente lleva al día el tesorero, que disfrutaba de ingresos no declarados a Hacienda. En este país, al tesorero se le encarcela, y a su jefe se le aplaude en el Congreso.
Eso sí… todo el mundo comenta la coletilla “fin de la cita”… una literalidad que en un tesorero podría ser hasta anecdótico, pero que en un Presidente de Gobierno es preocupante, muy preocupante…  

AlmaLeonor