LA SANIDAD QUE NO VIENE
La ministra de sanidad, Ana Mato, la que fuera una de
las más destacadas componentes de aquel “Clan de Valladolid” que formara Aznar
cuando era Presidente de la Junta de Castilla y León, ha visitado de nuevonuestra ciudad para explicar el plan que su ministerio quiere poner en marcha
para dejar de atender a miles de personas en nuestro país. Lo puede llamar como
quiera, pero en esencia es para eso. Esta medida no es ahorradora, sino
ideológica.
Un buen día este ministerio se hizo una pregunta ¿cómo
acabar con las listas de espera de sanidad? Y luego otra ¿cómo quedarme con los dineros destinados a sanidad? Esas dos cuestiones martirizaban a este ministerio, tal vez
envidioso de que en las CCAA los dineros que el gobierno enviaba para este fin
pudiesen ser utilizados para otros, como pasó en Valencia con la visita del
Papa… En Castilla y León se les ocurrió instaurar un "Céntimo Sanitario" en el
precio del combustible que ha resultado ser un completo fiasco. Sólo ha servido
para que los ingresos por impuestos en el combustible descendieran
alarmantemente. Ahora se está pensando en eliminar ese “copago”. Tal vez lo
hagan. Sobre todo teniendo en cuenta que muchas voces están preguntándose quien
controla esa recaudación y sobre todo, quien certifica y cómo que esa
recaudación se destine a la sanidad pública. Y también teniendo en cuenta que sobre el "copago" en las medicinas se están ofreciendo datos no contrastados (las compras se inflaron en junio, antes de su entrada en vigor).
No sé si la ministra habrá abordado este tema en
Valladolid. Lo que si se sabe es que ha asegurado que “nadie quedarádesatendido, pero quien o tenga tarjeta sanitaria tendrá que pagar”. Si, como afirma la ministra, se trata tan
solo de acabar con el “turismo sanitario”, solo tendrían que actuar por vía
judicial o administrativa contra la persona que realiza ese “turismo” y la
organización que lo patrocina. Para eliminar un abuso no se tienen que abolir
de un plumazo derechos humanos básicos.
Por otro lado los profesionales sanitarios no tienen
muy claro cuales serán los procedimientos a seguir con esta nueva legislación,
pero si que saben que tanto Ana Mato como nueve consejeros de CCAA abogan por “cambiar
las retribuciones de los profesionales sanitarios”. Mal camino este del
ministerio que solo sabe utilizar argumentos amenazadores, tanto para enfermos
como para profesionales de la salud. Mientras tanto, espero que en ninguna
ciudad española se llegue a producir ningún caso de pandemia por no disponer de
un servicio sanitario regulado para todos sus vecinos. Y espero también que a
mi amigo búlgaro, con sus papeles en regla, comunitario además, le llegue
pronto su Tarjeta Sanitaria. Hace tres meses que caducó y la solicitó… y aún no
le ha llegado.
A.L. López
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